Las nubes han caído esta mañana en las montañas de San Ramón, Matagalpa, mientras las aves se alborotan al escuchar el ruido del vehículo en el que viajamos hasta la comunidad Los Andes, aquí se encuentra La Hermandad Indígena, una de las 18 cooperativas asociadas a UCA San Ramón.
Llegamos, y nos recibe Mariela José Jarquín, entre olor a café recién cocido y una sonrisa que contagia hasta el rostro más serio, hemos llegado hasta su casa y nos atiende muy alegremente, sin abrigo, mientras nosotros temblamos de frío.
“Les cuento que hace unos años el clima todavía era más frio en estos lados”, asegura, “pero con el paso del tiempo las montañas han sido arrasadas por personas que no son del lugar, venia gente de otros lados a cazar animales que nosotros con mucho esmero cuidábamos»
Nos adentramos en la parcela
La plática se vuelve cada vez más interesante, porque Mariela nos invita a hacer un recorrido por su parcela, en ella observamos naranjas, limones, bananos, café y plantas medicinales, las que han sido de mucha utilidad durante la crisis sanitaria, porque el pueblo está un poco lejos para buscar medicamentos.
“Aquí mis vecinos me dan bromas y me dicen curandera, porque yo le tengo mucha confianza a la medicina natural, y en mi patio ustedes pueden ver que tengo de todo” nos comenta.
Mariela cuenta que junto con su familia han venido cultivando un huerto de patio al que han llamado “El edén”, en el que han sembrado zanahorias, yucas, brócoli, tomates y otro tipo de plantas, “yo misma me encargué de dibujar el diseño del huerto, y ahora se ve bien bonito, mi esposo Marvin me ha apoyado mucho en la elaboración de abono orgánico”.
En la parcela también se observa la incorporación de rastrojo para la protección del suelo, y aunque buscamos por todos lados no encontramos ni un solo envase de productos químicos, la familia de Mariela es sensible ante el daño que causan estos productos a la salud y al ecosistema.
Una experiencia que impulsa a otros y otras
Relata Mariela que su parcela ha sido visitada por estudiantes de algunas universidades, y por organismos que trabajan con UCA San Ramón, eso les ha impulsado a seguir adelante con las practicas agroecológicas que implementan, y los conocimientos se comparten a las nuevas generaciones, la familia se siente comprometida con el buen manejo de la finca.
De esta forma enfrentan el cambio climático, cultivando el suelo de forma amigable, promoviendo la alimentación sana y la seguridad alimentaria, y cuidando su parcela, consientes que de ello depende el futuro de la familia.
